Páginas

jueves, 28 de febrero de 2013

gárgola


GÁRGOLAS
Una de las actividades que realizan los alumnos  del Ciclo Formativo de Grado Superior de Artes de la Escultura,  programada  por el Departamento de Volumen, es la reproducción de un elemento escultórico  figurativo de carácter ornamental aplicado a la arquitectura, 
 Proponemos  el modelado  de una gárgola, para el estudio y análisis  de sus formas.

























Qué es una gárgola.
Las gárgolas son la parte final, por lo común vistosamente adornada, del caño o canal por donde se vierte el agua de los tejados o de las fuentes.
 Su nombre puede derivar del francés gargouille (gargouiller, producir un ruido semejante al de un líquido en un tubo), y éste del latín, que a su vez deriva del griego hacer gárgaras. Desde el punto de vista práctico, es evidente que su función es recoger el agua y  expulsarlo lo más lejos posible, evitando que las tan perjudiciales y temidas  humedades penetren en el edificio, lo  que es vital  para su mantenimiento y perdurabilidad. 


Los arquitectos y escultores  aprovecharon  este elemento para desarrollar una amplísima  labor  artística y creativa, dándoles una temática de singulares criaturas fantásticas e imaginarias de piedra, generalmente de aspecto amenazador o grotesco, con un gran poder expresivo.
Porqué esculpen figuras con esta  temática. De donde proviene esta idea. Se trata de una  mera decoración, una moda para llamar la atención del visitante, o tienen algún motivo o significado simbólico.
Son varios las interpretaciones que les han atribuido los especialistas de la iconografía medieval, generalmente vinculados al dualismo entre el bien y el mal, idea casi permanente durante toda la Edad Media y  que de una u otra forma fueron empleadas por la Iglesia Cristiana para imponer sus ideales.


Una de las interpretaciones es una curiosa leyenda francesa de tradición oral de un dragón llamado La Gargouille, un monstruo con cuello largo y rectilíneo, hocico delgado, potentes mandíbulas, alas fibrosas, que vivía en una cueva próxima al río Sena. Destruía todo lo que se le interponía, tragaba barcos y escupía tanta agua que ocasionaba inundaciones. Los habitantes de la zona intentaban aplacar su mal humor con una ofrenda humana anual, consistente en un criminal que así pagaba por sus culpas, si bien el dragón prefería doncellas.
En el año 600 un sacerdote cristiano llamado Romanus llegó a Rouen dispuesto a pactar con los ciudadanos. Sometería  al dragón si   aceptaban ser bautizados y construían una iglesia  dedicada al culto católico.  Equipado con el convicto anual y lo necesario para un exorcismo- campana, libro, vela y cruz- , Romanus dominó al dragón con la sola señal de la cruz, transformándolo en una bestia  dócil y lo trasladó a la ciudad con una simple cuerda.
La Gargouille fue quemado en la hoguera, su cuello y su boca, acostumbrados al tórrido aliento de  la fiera, se resistían a arder, en vista de lo cual  se decidió colocarlos sobre el ayuntamiento, como recordatorio a los malos momentos que  hizo pasar a los habitantes del lugar.

Otra interpretación, es la que nos habla de ellas como guardianes  de la iglesia, signos mágicos que tienen la misión de proteger el templo y mantener alejado al diablo, lo que explica el porqué de tan diabólicos y espantosos aspectos colocados  fuera del recinto sagrado. Esta línea argumental es la seguida por Richard de Fournival, Obispo de Amiens en el siglo XIII , donde cuenta que como el maestro cantero Focars hizo dos gárgolas de cobre, que colocó en la puerta de entrada de Amiens con la intención de vigilar y evaluar las pretensiones e intenciones que tenía todo aquel que entraba en la ciudad. Si el individuo era malévolo las gárgolas escupían un veneno sobre él, que lo mataba. Si, por el contrario, era una buena persona  escupirían oro y plata.

También entre las interpretaciones atribuidas a las gárgolas destacan aquellas que las vinculan a representaciones del demonio, lo cual es muy frecuente en el imaginario colectivo medieval, que recuerda al cristiano la necesidad de seguir los preceptos religiosos si quiere escapar del infierno. Lo  grotesco en dragones, diablos y demonios son símbolos del mal para el cristiano de la Edad Media.
El dragón es uno de los animales fantásticos más  tallados en las gárgolas y reproducidos por el arte medieval. La palabra dragón deriva del sánscrito dric, que significa mirar, refiriéndose con esto a la capacidad de este animal para destruir con sus ojos. El dragón siempre ha significado dentro del arte occidental, maldad y destrucción. Se representa muchas veces al diablo como un dragón, incluso la forma de sus alas se asemejan alas del murciélago, animal asociado a la oscuridad y el caos, y que  probablemente indican el origen angélico del diablo.

La representación en la iconografía medieval del  diablo  recoge todo lo que es repugnante y desagradable en la naturaleza. Si Dios era el creador de lo bello, Satán sólo podría representar lo feo sórdido y despreciable.
Ciertas gárgolas muestran estas características, sólo atribuibles al demonio y sus servidores. Si bien la apariencia externa es humana, hay numerosos signos demoníacos: los cuernos, las orejas animales puntiagudas, los colmillos, las barbas, las alas membranosas, la cola, los pies en forma de patas hendidas y desgarradoras, los cuerpos desprovistos de vello y el semblante amenazador…
Una gárgola con alguna de estas características, sino todas, era inmediatamente asociada al mal, por parte de sus espectadores medievales. La fisionomía polimórfica de estas gárgolas diabólicas era la expresión perfecta de la habilidad del demonio para transformarse, para presentarse ante el cristiano desprevenido bajo diversos disfraces.

De un modo u otro, parece claro que su aspecto grotesco y monstruoso buscaba amedrentar al  espectador. Y no hay duda de que los maestros canteros y escultores medievales lograron con creces su objetivo, y no sólo entre sus contemporáneos, sino a través de la historia, incluso en la actualidad, siendo fuente de inspiración, en distintas  disciplinas artísticas tanto plásticas, audiovisuales o literarias.
Os mostramos algunos de los procesos  de modelado en arcilla de  estos personajes, realizados por algunos de los alumnos que asisten a nuestra asignatura.

Imágenes de alumnos de 1 ºCFGS de Escultura en el aula de Volumen en el  proceso de modelado de una gárgola.

      

1 comentario: